Ciclos o ciclones.

Estados mentales
visitar sitios tan oscuros y desconocidos que incluso dan miedo
navegar en otro oceano
en el que ni si quiera quieres estar
pero son ciclos -te dices-todo se va, como viene
como cuando dejas de tener miedo a los mosntruos que hay debajo de tu cama
o como cuando buscas algun abrazo perdido en algun lugar equivocado
-eso también deja de pasar-.



Cada día creo más en la vida,
al igual que sé que existirán momentos en los que no comprenda nada,
pero me quiero demasiado como para consentirme perderme durante tanto tiempo. 

Huyendo de mí

No sé lo que me ha pasado o
lo que sucedió ayer,
serán las cuentas del pasado
las que me ha tocado
atender.
No se en qué me equivocado o
que palabra pronuncié,
lo que sé es que mi reflejo
no me quiere ver.
Y huyendo de mí
escribo postales
desde un sitio que ya conocí.
No me queda nada por decir
y tengo casi todo
por decidir.
Y mi alma, ahora confusa, escribe,
libre,
palabras que me duelen pronunciar.
Me apena la apatía inmensa hacía lo propio,
lo que es esencial ante los ojos del que lucha
confusa - mente desorientada.
¿Qué orden emite mi cabeza para querer destruir así mi mundo?
¿Qué cadenas me atan?
¿Dónde están las llaves de las ganas?
¿Dónde se han mudado las gaviotas?
¿Dónde están los escalofríos?
¿Dónde esta el banco de los sentimientos?
¿En qué avión rumbo a la desidia me encuentro?
¿Qué clase de auto compasión liberan mis versos?
¿Dónde está el poema que habla de que todo es mentira?

Huyendo de mí

Insomnio.

Te veo desenfocada en la pared,
tachando la palabra nosotras  y riendo,
como si no te costase devolverle la vista a un ciego
para quitársela de nuevo
como si todo fuera un juego.

Estás en mis mejores pesadillas,
mintiéndome como mejor sabías,
y te veo entre la palabra cobardía,
en la mentira aliándose con tu vacío.

Mientras, me veo en el llano sincero de un niño,
que solo quiere que lo abracen.
En el ''no te quiero'' venciendo la batalla a la ilusión,
falsa
que me creaste.

Lo único cierto de este cuento
fue el momento en que te marchaste
el único cuento en el que no existe moraleja
sólo el frío final, dejando al vacío instalarse a sus anchas. 

Aunque has matado a todos mis soldados,
ellos se recomponen para volver mucho más fuertes.

Se lamen las heridas, se quieren y se abrazan.

Ojalá algún día sepas qué es eso.
Ojalá encuentres paz. 

Tenía sexo en la mirada.

Vuelves a mi habitación
creando una atmósfera llena de mordiscos y gemidos
las horas se mueren de envidia
piensan que la mayoría de personas las desperdician
y aquí estamos nosotras
follándonos al tiempo
mirándonos entre caras de placer
encendiéndonos con solo rozarnos
agarrándote del pelo fuerte
para morderte suave el labio
qué rico delirio
no sé cuantas veces nos hemos recorrido
te rodeo entre mis brazos
y,
mientras descansas en mi pecho
mis manos me exigen que empiece de nuevo
y me veo obligada a hacerles caso
y cumplir con mi deber
que no es más que la necesidad
de escuchar mi banda sonora favorita
-tus gemidos en mi oído-.

Sinmigo.

Y aunque cada dos días me acuerde de tus pecas

agarrar esta cuerda me quema las muñecas

no pienso ser tu espía, ni tu mejor amigo

quiero que ames libre aunque sea sinmigo

hay que soltar con fuerza, dejar que llueva a mares 

llenarnos la cabeza de pajaros de portugales, 

sólo de imaginarte me entran los mil temblores,

pero no tengo el cuerpo pa´ mendigar amores,

pero no tengo el cuerpo pa´ mendigar amores...

Aparente normalidad

Facilidad
sentimientos desechables
de usar y tirar
de usar-
y-
tirar.
Aparente normalidad,
vacío acomodado.
Construcción aparentemente inderrumbable
que se destruye con el leve viento que susurra
que eramos capaces de todo cuando aún me querías.
La sensación de saber estar sola
ante la contradicción de preferir dormir contigo.
Letras que se atrancan,
¿cómo lo explicarías tú?
eras la lagrima de emoción cuando te pensaba en la oscuridad
salía valiente, bajaba por mis mejillas, cuando todo iba bien.
Curioso, ahora no lloro.
Ahora vivo tu derrota con aparente normalidad
como tu supongo que vives tus días sin mí.
Aunque ya no brilla el sol contra nuestras siluetas
ya no hay norte en nuestra brújula
ya no hay nuestra
ni brújula.
Que mas da.
Si tus planes iban por otra autopista
y yo me quedé haciendo autostop
a ver si me recogía un futuro mejor
evitando la carretera de reproche.
Maldito uso de la metáfora
es mucho mas sencillo decir que yo contigo sí y tu conmigo no
a la mierda los poemas,
eres desorden mental y no desorden de sábanas,
eras y ya no eres.
El ciclo se cierra
me he vuelto a poner Andrés
-curioso, vivir en tu ciudad para no verte-
aunque reconozco que he sido incapaz de volver a ver aquella película
en la que el protagonista entiende que de quien estaba enamorado
no era su persona ideal
dame tiempo, yo también creo que es mejor así.

:

Vuelve tu risa de niña y enciendes la vida.

Mi habitación monta una fiesta con tu llegada y hasta los muebles bailan.

Regresas otra vez, y te siento de nuevo, aquí, en este colchón tan lleno de ganas de que te tumbes sobre él. 

Entonces el instante se paraliza,

cuando tus labios vuelven a saludar a los míos,

y se confiesan en un beso, lo mucho que se han echado de menos. 

Y otra vez vuelve a pasar por mi habitación la pasión, las caricias, las conversaciones, las risas y las miradas, los suspiros y los gemidos, dormir profundamente contigo a mi lado, despertarme, mirarte y entender a todos esos enamorados que hablan del placer que produce ver dormir a tu pareja, cantar Andrés con la luz apagada, desear que no llegue el momento de la partida, vivirnos como un sueño.